Buscando la felicidad
Un día me preguntaron qué era la felicidad , y no supe dar respuesta.
Pero hoy me he parado un poco a pensar, y me he dado cuenta de que la felicidad se tiene que parecer mucho al abrazo de un abuelo cuando llevas tiempo sin verle, y a esa sonrisa que se contagia. Seguramente la felicidad se parezca mucho a cuando tu madre te hace tu comida favorita ese día que estás regular o cuando tu padre te lleva a la cama cuando te quedas dormido en el sofá.
Tiene que ser algo parecido a cuando te hacen reír por cualquier tontería, cuando te encuentras una carta antigua en el cajón de los recuerdos o a cuando vences eso por lo que estabas luchando.
La felicidad se tiene que parecer mucho a cuando consigues llegar a la meta, cuando descubres que puedes con todo.
Algo como por fin no equivocarse de acorde en la canción que llevas tanto tiempo ensayando. Como coger una guitarra y que el tiempo vuele. Como llegar al banco de la iglesia y sentir que verdaderamente estás con Dios.
Tiene que parecerse a cuando unos ojos te miran sin parar, cuando unas manos te agarran bien fuerte y unos pies te acompañan a cada paso.
A cuando ves el sol después de tanta lluvia y cuando sientes el mar en tus pies.
Seguramente se parezca al calor de un hermano, o a las palabras exactas en el momento justo.
No sé qué es la felicidad, puede que no sepa dar una respuesta exacta , y posiblemente tampoco correcta. Pero si puedo hablar de todo esto, incluso más; mucho más.
Es lo más parecido a ello que conozco.
Patricia María Barquillo Madroñal, 3° ESO C