domingo, 6 de diciembre de 2020

Poema 20

 Podría escribir los versos más tristes esta noche. Tal cual empieza el poema veinte de Neruda, aunque nadie experimenta el dolor de la misma manera cuando algo se va.


Rápido y sin opción a despedirse. Creciendo la distancia y dejando hecho pedazos el "vuelo" que un día cantamos desafinado reventando el altavoz del coche. Sonó tan alto para no hacerlo nunca igual.


Me bajaron el volumen de golpe, y la niña que siempre evitó escuchar empezó a comprender que nunca echamos de menos las canciones pero si con quien las cantamos, al igual que no echamos de menos los lugares sino la época en la que fuimos parte de ellos.


Te hubiese regalado un verano eterno basado en botellines, canciones, y noches perdidas de poesía.


Pero nunca supiste mirar dentro. Nadie te enseñó que el envoltorio nunca es parte del regalo; y tan sólo te quedaste con la niña de ojos verdes y cabellos rubios, que no llega al metro sesenta y el moreno le aguanta poco.


No te arriesgaste a conocerla y aguantaste dos años al otro lado de la coraza. 

Te perdiste que escribía, que he llorado demasiadas veces por ti y que nunca me gustaron los regalos. 


Pero yo también olvidé que no puedo compartir  contigo la cerveza, ni las canciones de Andrés Suárez porque no las sientes, y jamás leerías lo que escribo porque es todo lo que llevo dentro, pero tú preferiste el envoltorio.


Tan solo me has dejado destapada.


Ya no te quiero, es cierto, pero tal vez te quiero.


Aunque este sea el último dolor que tú me causas, y estos los últimos versos que te escribo.

Victoria Oca Sánchez, 2° Bachillerato Letras